Son buenas personas.400Please respect copyright.PENANAIfJPqR5tDb
Ojos grises oscuros y cabello negro azulado como el mar nocturno. Hacía tiempo que no sentía una mirada tan cálida. Era tan dulce que quería fundirse en ella.
Leticia sonrió ligeramente y entró en la mansión. Era la primera vez en mucho tiempo que sus pasos no eran pesados, así que su corazón estaba aún más tranquilo. Pero en cuanto abrió la puerta, vio al Marqués Leroy de pie, como si la hubiera estado esperando, y se puso rígida.
“¿De dónde vienes?”
“Ah, eso es...”
En el momento en que sus miradas se encontraron, Leticia evitó el contacto visual sin darse cuenta. Ante eso, la expresión del Marqués Leroy se endureció aún más.
“¿Qué diablos estás haciendo ahí fuera?”
“¿Perdón?”
Leticia sacudió los hombros y levantó la cabeza ante el aterrador grito.
El Marqués Leroy, lleno de cólera, miró ferozmente a Leticia ante él.
“Ciertamente te lo advertí.”
“Padre...”
“No te enredes con esa desafortunada familia Achilles.”
“.......”
Leticia guardó silencio ante la voz que reprimía su ira. El Marqués Leroy ya parecía saber con quién se había reunido ella.
“Una última advertencia, Leticia Leroy.”
“.......”
“Una vez más, si mis oídos escuchan que te juntas con la familia Achilles, prepárate para ser expulsada.”
Cuando el Marqués Leroy terminó de hablar, se dio la vuelta apresuradamente.
Leticia, que miraba fijamente a la espalda del Marqués Leroy, que se había marchado primero, dejó escapar suspiro superficial.
“Jaa...”
Eran buenas personas.
Hería sus sentimientos que le dijeran que no se relacionara con personas tan amables y gentiles, a quienes acababa de conocer, debido a la mala suerte.
La desgracia y la mala suerte son contagiosas. Esos son totalmente sinsentidos.
Pensó Leticia mientras caminaba por el pasillo vacío. Cuando entraba en su habitación con el corazón encogido, se detuvo de repente. Ya había alguien más en la habitación.
“¿Qué pasa?”
En el momento en que Leticia vio a Diana sentada cómodamente como si estuviera en su habitación, se le escapó una sonrisa. Pero Diana estaba bebiendo té con indiferencia.
“No es que no pudiera venir.”
“¿Tienes algo que decirme?”
“Por supuesto que sí.”
Dejando su taza con un golpe, Diana se levantó lentamente de su asiento y se acercó a Leticia.
“Me ofende que frecuentes gentuza extraña estos días.”
“¿Gentuza?”
“¿Sabes a qué me refiero?”
“Tú, de ninguna manera...”
Había gente que pasaba por su cabeza, pero Leticia preguntó con el deseo de que no fuera así.
“No te refieres a la familia Achilles, ¿verdad?”
“¡Claro que sí!”
“¡Diana!”
“¿Qué haces con gente que no tiene dinero, ni suerte y ni es buena en nada?”
“No digas atrocidades.”
“¡Entonces no salgas con ellos!”
Diana, que había elevado su voz, siguió hablando como si estuviera gritando.
“Ya hay un rumor. Se dice que Leticia Leroy, la hija mayor del prestigioso Marqués Leroy, se junta con los Achilles, famosos por su mala suerte.”
“¿Qué?”
El rostro de Leticia se puso rígido al escuchar esas palabras. Pero Diana aún no había terminado de hablar.
“¿Sabes cuánto se ha arruinado la reputación de nuestra familia sólo por tu culpa?”
“.......”
“Dime con quien andas y te diré quién eres.”
Una ligera mirada de indiferencia era evidente en sus ojos. Pero Leticia miró al frente sin evitar su mirada.
“Está bien si me ignoras. Pero no hables con dureza sobre ellos.”
“¿Por qué debería?”
“Porque son mejores personas que tú, que tiras lo que tu familia te ha dado.”
Fueron las únicas personas que me trataron afectuosamente cuando las conocí. Por eso no podía quedarme quieta y ver cómo los menospreciaban innecesariamente porque sí.
Diana, que había fruncido el ceño como disgustada con las palabras de Leticia, sonrió levemente y levantó las comisuras de los labios en un ángulo.
“Ah, ¿eso?”
“Deja que te pregunte algo sobre esto.”
Leticia respiró hondo y le preguntó a Diana.
“¿Por qué lo tiraste?”
Podrías habérselo dado a otra persona, como Xavier, o podrías habérmelo devuelto. Sin embargo, me preguntaba si tenía que tirarlo en el jardín.
Diana inclinó ligeramente la cabeza mientras miraba en silencio sin decir nada. Pronto, respondió con una mirada como si hubiese preguntando algo obvio.
“¿Cómo voy a comer una comida que no sé qué contiene?”
Dijo Diana sin pestañear, como si fuera obvio. Leticia, que había estado observando su rostro, se puso rígida por un momento, incapaz de decir nada.
“¿Qué…?”
Consiguió despegar los labios, pero el final de su voz tembló. Sin embargo, Diana se cruzó de brazos y levantó la barbilla como si ese fuera el problema.
“¿Todos los demás niños piensan lo mismo que yo?”
“Tú...”
“¿Por qué tienes ese aspecto? No pensaste realmente que lo iba a comer, ¿verdad?”
Diana puso cara de pena al ver a Leticia desmoronarse.
“Entonces lo siento mucho.”
“......”
“De todos modos, la próxima vez que escuche que vas a salir con esa gentuza de nuevo, se lo diré a mi padre de inmediato.”
“......”
“Ten cuidado si no quieres que te echen.”
Después de terminar sus palabras, Diana palmeó deliberadamente a Leticia en el hombro y pasó de largo.
Empujada por la fuerza del shock, Leticia se desplomó aturdida en su silla. Podía oír cómo se cerraba la puerta por detrás, pero seguía sin poder mover un dedo.
“Ja......”
Era tan sorprendente y ridículo que automáticamente se echó a reír.
¿Cómo se come algo que no se sabe lo que contiene? ¿Crees que le puse veneno?
“Aah...”
Una voz ahogada salió de sus labios. Ni siquiera podía respirar bien, era tan asfixiante y doloroso que quería desaparecer a un lugar donde no hubiera nadie. Sus ojos se calentaron y sus manos temblaron, así que agarró el dobladillo de su vestido. Incluso se mordió los labios con fuerza, pero no pudo evitar llorar.
***
“Señorita…”
Habían pasado algunos días desde entonces, y Leticia no había salido de su habitación ni una sola vez. Parecía haberse encerrado en su habitación.
“Coma algo. No ha comido bien en los últimos días.”
Dijo Mery, que estaba al lado de Leticia, con expresión preocupada. Pero Leticia se limitó a mirar por la ventana con indiferencia.
No sabía que Diana fuera una persona tan cruel y despiadada. Además, como Diana, los otros hermanos menores abandonaron la tarta por el mismo motivo. Sintió como si todo en lo que había creído se hubiera hecho añicos.
“Si sigue así se desmayará.”
“.......”
“Señorita…”
“Lo siento, pero no tengo apetito…”
Intentó comerlo una vez, pero no pudo hacerlo pasar por su garganta. Al contrario, su estómago se revolvió y su apetito desapareció aún más.
Mirando a Leticia, que estaba sentada sin energía, Mary abrió lentamente la boca.
“Ahora que lo pienso, el examen de ingreso está a la vuelta de la esquina.”
“¿Examen de ingreso?”
“El examen de ingreso para convertirse en caballero.”
“Ah...”
Leticia apoyó la cabeza contra la ventana y dejó escapar un suspiro superficial.
A Livion, quien se convirtió en candidato a Caballero Imperial, ahora solo le quedaba el examen de ingreso para convertirse oficialmente en Caballero Imperial.
¿Ya llegó el momento?
Quizá fuera porque estaba encerrada en su habitación, pero no sintió en absoluto el paso del tiempo. Después de mirar por la ventana por un rato, Leticia se levantó lentamente, abrió el cajón del tocador y sacó la caja que siempre había atesorado.
“¿Qué es eso, señorita?”
“Es algo que hice antes.”
Respondiendo con voz tranquila, Leticia abrió la caja.
“¡Guau! ¡Señorita, es una pulsera de hilo de oro!”
Existía la superstición de que regalar un brazalete de hilo de oro tejido a alguien que iba a realizar un trabajo importante traería buenos resultados. Así que se utilizó principalmente para los exámenes de ingreso. Sin embargo, el hilo de oro era tan caro y precioso que solo la aristocracia de la clase alta podía permitírselo.
“¿Debería darle esto...?”
Murmuró Leticia mientras miraba el brazalete de hilo de oro que había hecho. Lo hizo hace mucho tiempo con la esperanza de que Livion pasara con éxito el examen de ingreso. Sin embargo, ahora dudaba en dárselo, porque se preguntaba si podía hacerlo.
“¡Claro que sí! ¡Están comprometidos!”
“.......”
“......?”
Leticia sonrió débilmente ante su mirada curiosa y puso el brazalete en la caja.
Estaba claro que las palabras inútiles se extenderían si no entregaba la pulsera mientras no se rompiera el matrimonio. Sólo de pensarlo se le apretaba el pecho y no podía dejar de suspirar.
Mery, que estaba observando la escena, sugirió cuidadosamente.
“¿Por qué no sale a dar un paseo, señorita? Han florecido muchas flores que le gustan.”
“¿Es eso así?”
Leticia asintió levemente mientras intentaba aliviar su estado de ánimo de alguna manera.
Había salido a dar un paseo y estaba caminando por el pasillo cuando divisó una cara conocida en la distancia.
“Xavier.”
“Hermana...
Sin embargo, de alguna manera la expresión de Xavier era inusual. Parecía ser algo embarazosa. Pero Leticia, que no se dio cuenta, habló con cautela.
“¿Cómo va tu entrenamiento estos días? ¿No es duro?”
En el momento en que dio un paso más.
“¡Hermana!”
“......?”
Leticia miró a Xavier con los ojos muy abiertos, sorprendida y asustada por su reacción. Sin embargo, Xavier esquivó su mirada y giró la cabeza hacia otro lado como si fuera embarazoso.
“Estoy ocupado en este momento.”
“Ah….¿Sí?”
“Sí. Me iré primero.”
En cuanto terminó de hablar, Xavier se marchó a paso rápido. Evidentemente, los pasos iban en dirección opuesta a Leticia.
“......”
Cualquiera podría decir que estaba evitándola.
***
Al principio, pensé que era por mi estado de ánimo.
“El té huele bien hoy.”
Un día, Mery tenía trabajo y otra sirvienta le preparó un refrigerio. Pero, extrañamente, la expresión de la criada era sombría. Era como si algo malo fuera a suceder pronto, por lo que tenía una cara preocupada.
“Anna.”
“¿Sí?”
“¿Pasa algo?”
“Ah, no ... ¿Por qué pregunta ...?”
Fue muy extraño preguntarle desde la distancia. Pero no parecía ser consciente de ello.
“No tenías buen aspecto, así que me preguntaba si te pasaba algo.”
“No es así…”
Como no quiso decir nada más, Leticia no preguntó más. Sin embargo, en el rincón de su corazón, inexplicablemente quedaba un sentimiento de duda.
“A propósito, ¿podrías dejarme sola?”
“¡Sí, lo haré!”
Como si hubiera estado esperando esas palabras, asintió con la cabeza con una sonrisa en el rostro y salió de la habitación rápidamente. Si era sólo mi estado de ánimo, todos parecían evitarme.
Extraño.
Miró el té que rápidamente se había enfriado y se esforzó por no darle importancia.
No fue hasta el día siguiente que Leticia supo por qué la evitaba.
***
“¡Tengo miedo de que sucedan cosas malas si estoy con mi hermana!”
Un día, se encontró con su hermana menor Irene. Leticia, que salió a dar un paseo por el jardín trasero porque hacía buen tiempo, se cruzó con Irene por casualidad y se acercó inmediatamente. Pero a diferencia de Leticia, que se alegró de verla, Irene se sobresaltó y dio un paso atrás. Era como si se hubiera encontrado con un asesino con un cuchillo.
Antes de poder preguntar qué le pasaba, Irene se puso seria y amplió la distancia entre ella y Leticia.
“¡No te acerques más!”
“¿Qué?”
“¿Qué pasa si tienes esa habilidad y vas por ahí así?”
“¿De qué estás hablando?”
“La mala suerte es la habilidad de hermana”
“.......”
Estaba tan aturdida en ese momento que ni siquiera pudo hacer una sonrisa forzada. No sabía de dónde diablos salió ese rumor. Solo se quedó rígida, mirando distraídamente a Irene. Sin embargo, Irene volvió la cara, como si no le gustara.
“Ahora que lo pienso, a mi hermana siempre le pasaban cosas malas.”
“¿Qué?”
“De todos modos, no seas una molestia para otras personas, quédate en tu habitación.”
“.......”
Fue tratada casi como una enfermedad contagiosa.
Era tan absurdo, que a Leticia se le escapó la risa, se mordió el labio fuertemente y dijo.
“Sí. He dicho que soy menos afortunada que otras personas.”
Lo dijo cuando habló con Seios. Al parecer alguien lo escuchó y corrió la voz. Sin embargo...
“Eso no quiere decir que vayan a pasar cosas malas si estás conmigo.”
“¿Está segura?”
“¿Qué significa eso…?”
Preguntó, con la esperanza de no haberla oído bien. Pero, como siempre, sus expectativas eran un poco altas.
“Tal vez solo traigas cosas realmente malas.”
“¡Irene!”
“¿A qué viene tanto alboroto?”
Leticia no pudo evitar alzar la voz, y entonces escuchó la voz de Emil detrás de ella. Irene, que lo descubrió antes, pensó que era el momento y se escondió rápidamente detrás de Emil.
“Emil...”
En cuanto vio la cara de Emil, naturalmente le salió una voz húmeda.
“He oído que pasan cosas malas cuando estás conmigo.”
“..... ¿Es así?”
¿También escuchaste ese rumor?”
“Sí, lo he oído.”
Respondió con una voz tan tranquila que su corazón se desplomó hasta el fondo. Al mismo tiempo, una premonición ominosa la dejó sin aliento. Pero Leticia se atrevió a preguntar, esforzándose por creer que no era así.
“¿No me digas que crees en ese falso rumor?”
“Por supuesto que no...”
Emile dejó de hablar un rato y miró a Irene, que agarraba su solapa. Irene no parecía querer salir de detrás de él, como si no quisiera enfrentarse a Leticia. Emil dijo con un leve suspiro al verla.
“Pero no presiones demasiado a Irene, hermana.”
“¡Pero...!”
“Irene tiene miedo.”
Leticia pudo ver cómo a Irene le temblaban las manos mientras se agarraba a la solapa.
“Lo siento, no quise asustarte…”
“.......”
Fue en el momento en que Leticia se acercó para disculparse. En cuanto la distancia se redujo, Emile dio un paso atrás, rodeando los hombros de Irene. Los pies de Leticia se detuvieron automáticamente al verle.
“……”
“……”
En el extraño silencio, nadie se movió.400Please respect copyright.PENANAd2DO9DwzNw