Antes del atardecer, aun nadie encontraba a los cadáveres.
Sus pies caminaron por el pasillo de Northern Heaven, la campana acababa de sonar y los estudiantes inundaban el lugar.
Clarissa se encontraba dentro del salón, con la mirada gacha, en la esquina mas alejada del resto.
-R-A-I-N-D-R-O-P-S, Raindrops, gotas de lluvia -Dijo un alumno, de pie.
-Correcto -Replico el profesor de ingles, y el P.M en la muñeca del chico brillo.
-3 puntos entregados.
El chico se sentó orgulloso, y el siguiente alumno se puso de pie.
-D-A-R-K-S-H-I-N-E-S, Darkshines, brillos oscuros -Deletreo.
-Correcto.
-3 Puntos entregados.
Se sentó, y llego el turno del siguiente.
Clarissa ladeo la cabeza al ritmo de la música; sus audífonos eran pequeños y negros, y era imposible notarlos, ni siquiera a un puesto de distancia.
Su sudadera era varia tallas mas grande de lo necesario, colgaba de su cuerpo igual que una bolsa negra.
Y tras una manga que casi ocultaba su mano por completo, resplandecía la pantalla de su teléfono, donde leía a escondidas una historia de Wattpad.
Tarareo la melodía de la canción, bajando los párrafos, con el pulgar.
"Demonios, demonios" Pensó, la historia trataba del amor entre una colegiala, y una camarera de Starbucks, "Bésala ya, ¿por que demonios siempre tardan tanto en llegar a lo bueno?"
-Clarissa Caroll -Repitió el profesor.
Ella bajo el texto con el pulgar, intrigada; estaba por llegar la primera cita, dios, que lentos podían ser algunos romances...
-¡Señorita Caroll!
-¡Bésala ya! -Dijo Clarissa en voz alta, y levanto la mirada.
Le bajo el volumen a su teléfono, y presto atención rápidamente.
-Esto..., presente, profesor.
El hombre levanto las cejas.
-¿Que espera? Dicte una de la palabras que dijimos.
Clarissa bajo la mirada a la hoja en blanco de su cuaderno, y parpadeo.
-Bueno..., creo que, tendré un pequeño problema con eso.
Cuando ella volvió a sentarse, se habia ganado un sermón del profesor, y 4 puntos menos en su P.M.
No se atrevió a levantar la mirada, avergonzada, sentía cada par de ojos en el salón como puntas de flecha en su piel, como odiaba tanto esos momentos en los que sentía que todos la miraban. Le llegaba a arder a piel.
Sono la campana, ella encendió la música, y se alejo rápidamente.
T-todos eran unos idiotas..., ¡Todos!
Clarissa salio del salón, y un chico apareció frente ella.
-¡Hola! -Exclamo Ryan, y Clarissa soltó un grito.
Retrocedió y se cubrió, parpadeando.
-S-soy el chico de antes..., am, el de Page, -Ryan se froto las manos nervioso- me pareció muy lindo lo que hiciste, eso de puntos esos regalarme..., eh, ¡regalarme esos puntos!
Busco torpemente en su mochila, y saco un dibujo.
En el, aparecía una chica trazada con lapices negros oscuros.
-Oh, -Clarissa acerco el rostro, queriendo marcharse y Ryan le entrego el dibujo- que bonito.
-Eres tu.
Un nudo envolvió la garganta de la chica, rápidamente.
-¡Cielos! ¿Que...? -Entorno los ojos, ahora, avergonzada, apenas recordaba a ese chico de la mañana y este parecía haber grabado su rostro lo suficiente como para poder dibujarla- ¿Lo hiciste tu?
-S-si, no se si compensara lo que hiciste por mi, pero lo hice para ti.
Clarissa sintió el impulso de querer tomar esa hoja y abrazarla con todas sus fuerzas; ¡acababan de dibujarla! ¿acaso si quiera espero que eso sucediera alguna vez?
Cada detalle, ese chico lo habia pensado en todo, ¡era tan tierno!
-Dioses, no se que...
Y la cubeta de aceite se derramo sobre ella.
Hubo un grito en el pasillo, Ryan pego un salto y todos lo estudiantes se alejaron de ella.
El cabello se le pego al rostro, y el liquido convirtió su ropa en una incomoda segunda piel.
-¿E-eh? -Murmuro, escupiendo.
-6 puntos recibidos.
Clarissa se aparto el cabello con una mano empapada, y se giro hacia la voz robótica.
A unos metros de ella, habia una chica rubia, con una cubeta vacía en las manos.
-Lo hice, -Musito la rubita, mirando su P.M- 6 puntos...
Clarissa miro en derredor, y noto que todos la estaban observando, con ojos de pescado.
Tembló como si el aire se hubiera convertido en una fusión de hielo y cuchillas de acero, el oxigeno se le encerró en los pulmones y un escalofrió subió por su columna.
Al bajar la mirada, noto que el dibujo se habia reducido a una masa informe y pegajosa.
Ryan la miro, impactado, y cuando vio que Clarissa se encontraba al borde del llanto, actuó rápidamente.
-¡HEY! -Grito, llamando la atención de todos- ¡¿Que están mirando?! ¡Pedazos de chismosos! ¡¿Que no saben que... Boris ensucio sus pantalones en el gimnasio?!
De pronto, todos comenzaron a hablar y a mirarse, y echaron a correr hasta el primer piso, donde estaba el gimnasio.
Clarissa seguía inmóvil, mirando el dibujo.
La rubia dejo la cubeta a un lado, y en el momento en el que decidió unirse a la multitud que se dirigía al gimnasio, una mano toco su hombro.
El liquido se esparció por su cuello, hizo una mueca de desagrado, y se volteo.
Y Clarissa le sacudió el cráneo de un puñetazo.
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-¡No pueden comportarse así! -Exclamo Spencer, el profesor de filosofía, dando vueltas en círculos-¡Clarisssa, un poco mas y la dejas inconsciente!
Ambas chicas se miraron, sentada en detención, Clarissa bañada en aceite, y Alexia con un ojo morado, casi llegando al gris.
-¿Algo que decir, alguna de las dos?
La rubia la miro de reojo.
-Vale, vale..., perdón.
-Yo no.
Spencer las miro a ambas, y suspiro.
-El director las quiere aquí por el resto del día, ademas, quiere que las dos limpien el desastre en el pasillo después de clases.
-¿Ambas? -Pregunto Clarissa- ¿Aunque la pelo de Maruchan me haya tirado el aceite?
Alexia pego un brinco.
-¡¿Pelo de...?!
-Si, -Le interrumpió Spencer- ambas.
Clarissa se encogió en su silla, sus ojos negros soltaban chispas.
-Ok, como sea.
El profesor de filosofía salio caminando, y cerro la puerta tras de si, dejándolas a ambas en silencio.
Alexia se quedo mirando a un lado, golpeando con los dedos sus rodillas ansiosamente.
Miro a Clarissa de reojo, y aparto la mirada.
Trago aire.
-¡Mira, yo no que...!
-Ahorratelo.
-¿Que? No, no, de verdad, yo...
Clarissa la miro a los ojos, y a Alexia se le enfrió el corazon.
-Dije ahorratelo. Ahora mismo no me importa lo que me hiciste con el aceite, pero rompiste algo. Algo importante. Ahora quiero estar en silencio -Saco sus audífonos-, si vuelves a hablarme, te matare.
Alexia no dijo nada mas, parpadeando, mientras Clarissa conectaba los audífonos a sus oídos y se alejaba de la realidad.
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Entorno los ojos, y el estomago le rugió.
Miro su P.M; 18 puntos, ¡Perfecto!
Ryan habia salido sin tomar desayuno, habían pasado muchas cosas en el día y estaba hambriento, si no fuera por Clarissa, no habría tenido los puntos suficientes para comer.
Esa chica, realmente lo habia ayudado sin conocerlo, ¡DIOS, y era preciosa!
Camino hasta el puesto de cafetería, listo para comer.
Y de pronto, un chico se interpuso en la fila.
-¡Hey!
Y tan pronto Ryan reconoció su nuca, salio disparado y se oculto tras una maquina expendedora.
Page miro atrás, ¿acaso habia sentido una respiración?
Nah, probablemente no era nada.
Ryan volvió a su silla, mordiéndose una uña; perfecto, ¿ahora que rayos haría?
No podía pasar por sobre Page, y era lo único que lo interponía entre el y la comida.
Busco alrededor de la cafetería, y su vista dio con un chico de cabello azulado, sentado al fondo.
Bingo.
Tomo su sándwich de atún y se lo llevo a la boca, masticando en soledad.
Una sombra lo cubrió súbitamente, y al mirar hacia arriba, se topo con Ryan.
-Esto...., ¿que tal, Laurielle?
El peliazul frunció el ceño.
-¿Que quieres?
El chico presiono unos botones en su P.M, y se lo enseño.
-3 puntos si me consigues comida, -Pidió, nervioso, conociendo de lo que Laurielle era capaz.
Laurielle dejo su sándwich a un lado, y sonrió.
-Hecho -Replico, dándole la mano y poniéndose de pie-, ¿como te llamas?
-Ryan.
El peliazul asintió con la cabeza, y avanzo.
Ryan lo vio caminar hasta la zona de venta, donde la cocinera le entregaba el almuerzo uno por uno a la pandilla de Page.
Pudo solo esperar a que se fueran...., pero Ryan era naturalmente impaciente.
Laurielle espero tras Page, silbando disimuladamente.
"Vamos, vamos" Pensó Ryan, mirando al chico de pelo azul, piercing y pantalones rotos.
La cocinera termino la bandeja con postre de Page, y el matón estiro el brazo para tomarla.
Y Laurielle se movió como un rayo.
La bandeja desapareció de las manos de Page, y ahora Laurielle atravesaba la cafetería con ella.
-¿QUE? -Grito Page, sobresaltado- ¡Ladrón hijo de...!
El alma de Ryan abandono su cuerpo y el sintió su corazon apretarse; ¡¿Acababa de robarle a Page?!
Laurielle paso silbando a su lado, y huyo al pasillo.
-¡Tu! -Exclamo Page, divisando a Ryan y señalándolo con el dedo.
Pego un salto, y mientras la pandilla se dispersaba y corría hasta el, Ryan se giro en seco y siguió a Laurielle.170Please respect copyright.ＰＥＮＡＮＡuTHsMe52Cu
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Paso el rato, Clarissa tenia los ojos cerrados y no decía nada, mientras Alexia leía un libro en una mesa.
Con la mano izquierda sostenía el libro, con la otra, afirmaba una bolsa de hielo sobre su ojo derecho.
La música en los audífonos de Clarissa sonaba a todo volumen..., y Alexia pudo distinguir el ritmo.
-Strike up the band -Dijo, al ritmo de la música, al mismo tiempo que Clarissa.
Ella la miro, con ceño, y el hecho de que no debía hablar hizo temblar a Alexia.
-Alto, ¿la conoces? -Pregunto Clarissa, quitándose un audífono.
Alexia parpadeo.
-¡Claro! Escucho a Colorless Heaven por mi hermano.
Y antes de poder contestar, hubo un golpe en la puerta.
Un estruendo, y la llave se giro.
Ambas se giraron, al tiempo en que alguien bloqueaba la entrada.
-¿Eh? -Pregunto Alexia, dejando el libro a un lado, y poniéndose de pie- ¿Que...?
Algo golpeo la puerta, y esta comenzó a temblar.
Alexia se acerco a ella, y la rejilla de ventilación emitió un chirrido.
Clarissa se incorporo, al tiempo en que los tornillos se aflojaban y la ventilación se abría.
La pelinegra retrocedió; algo estaba saliendo de allí dentro.
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