Rymalan despertó abruptamente de un sueño intranquilo, su cara estaba a centímetros de los barrotes de madera y metal, una corriente de aire golpeaba suavemente sus piernas. Lentamente abrió los ojos y vio que la lámpara de aceite que colgaba del techo inmediatamente afuera de la celda casi estaba extinta. Por detrás de él, sus hijos estaban teniendo una discusión acalorada, así que trató de no moverse y fingir que seguía dormido, para escucharlos.
“Ahí vas, como siempre, Efraz, a defenderlo. Sabes que siempre terminamos peleándonos porque te la pasas defendiendo a Zaskhea y a tus padres, a expensas de lo que nos pasa a los demás”
“Sí tan solo te escucharas, harías lo mismo que yo. Estás actuando justo como… aquella persona a la que más detestas… y, lo peor de todo es que ni siquiera te das cuenta”
“¿Cómo dices? ¿Actúo como…?”
“Sí” él la interrumpió “estás actuando como Murdice”
Sorprendida, ella refutó “Quizás sí, hermano, pero por lo menos no me escondo en las faldas de mi hermana”
“Deja a Zaskhea afuera de esto, Mina. Deja de involucrarla en todo. Entiende que ella no está aquí para poder defenderse de tus…”
“Pero no necesita estar aquí, Efraz, te tiene a ti, para defenderla” Ynme le replicó con una sonrisa en el rostro.
“¡Ja! ¡Increíble! ¿Cómo es que siempre le siguen el juego, Ynme?” él le espetó, continuando sarcásticamente “A ver, Mina, entiendo, entendemos, todos entendemos que le tienes muchos celos a tu hermana, porque recibe la atención que tú siempre has estado pidiendo”
“Qué poco me conoces, hermano” Mina dijo entre dientes.
“Pero, ¿tú que dices? No conoces a Zaskhea, ni un poco. Por lo tanto, no tienes derecho a reclamar nada ni a emitir juicios sobre ella. En especial porque ella siempre ha sido considerada contigo y tus necesidades. Claro, cuando se lo permites, porque sé cómo es que la evitas todo el tiempo, ¡ah, pero bien que te quejas de ella!”
“¿A qué te refieres, específicamente? ¿Al hecho de que ella no vive en la casa, o más bien, que no vivía en la casa, pues vivía en casa del tío Follen y siempre nos hicieron creer lo contrario?, o, ¿al hecho de que cambiaron el título de propiedad de las tierras de Lyngba a su nombre, porque ella y Murdice están prácticamente… casados?”
“Minaaaa” Ynme dijo con un tono que te hacía sentir el corazón roto.
Efraz abrió grande los ojos “¿Qué? ¿Cómo…?”
Y por su parte, Rymalan, que aún fingía dormir, sintió una punzada de culpa en el pecho. Cómo se había enterado Mina era un completo misterio. Él y Fiomel habían mantenido una completa secrecía durante el proceso de transferencia de propiedad.
“Cómo me entere es lo de menos, Efraz. Sé que ella no vivió en la casa por la mayor parte de nuestra vida. Sé que tú eras el responsable de nosotros, y que ayudabas a tus padres a crear la ilusión de que ella vivía y dormía en ese cuarto abandonado de la casa. Sé que todas sus tareas las hacías tú, y sé de todos los privilegios que le otorgaron. Créeme que, a pesar de que ella no vivía ahí, siempre sentí su sombra pesando entre nosotros. Particularmente porque no podíamos siquiera preguntar sobre ella”
“Y si sabías de todo esto, ¿por qué nunca dijiste nada?”
“Lo hice, en incontables ocasiones. Pero mamá siempre me evitó categóricamente y él” Mina señaló con la cabeza el lugar donde se encontraba su padre “Primero me evitó igual que mamá, después vinieron los castigos, y por último… ¿recuerdas…?, ¡ah!, pero claro que te vas a acordar” Mina dijo con amargura “¿Aquella vez en la que Zaskhea recibió una bofetada de parte de él? Sí, aquella vez fue una retribución por que pregunté sobre porqué ella merecía tantos privilegios”
Efraz guardó silencio.
“¿Ves cómo no me conoces? Dicen que la juzgo muy rápido, pero, ¿acaso no hacen lo mismo conmigo?”
“Y, ¿crees que eso te da derecho?”
Mina se encogió de hombros “Quizás, quizás no”
Lyngba, que hasta ese momento había permanecido callado, intervino “Sea como sea, hermano, tienes que admitir que es cierto lo que Mina dice, si Zaskhea estuviera aquí, papá no repararía en esfuerzos para sacarnos. Llevamos encerrados más de un mes, y cada día parece más desinteresado”
El abdomen de Rymalan se tensó, un gran nudo se instaló en la boca de su estómago, incomodándolo.
El Ballos lo miró molesto “No tú también, Lyngba. Tú siempre has sido sensato”
“Esto no se trata de ser sensato, Efraz, se trata de ser honestos y de admitir, aunque no lo quieran, que Mina tiene razón”
Efraz sacudió su cabeza, molesto “No le puedo dar la razón, y nunca se la daré. Tú, Ynme, Do y Olda no alcanzan a ver la forma tan vil en la que Mina la ha tratado durante todos estos años. Su forma tan celosa de ser, como si Zaskhea le hubiera privado de algo. No se dan cuenta que Zaskhea solo ha querido lo mejor para todos nosotros, y siempre ha pasado por alto todos esos malos tratos que ha recibido de todos ustedes, en particular de Mina. Mucho más aún por todo lo que Zaskhea tuvo que…” el Ballos se detuvo antes de decir algo que no debía.
“¿Tuvo que qué?” Lyngba lo animó a continuar.
“No importa. Sólo quiero que se metan a la cabeza que Zaskhea no es como la pintan” Efraz, disgustado con la situación intentaba dar por terminada la conversación.
“Ya lo sé, hermano” pero Mina aún no terminaba, estaba determinada a decir todo lo que no le habían permitido durante tantos años “Ya sé que tu gemela posee cualidades físicas tan extraordinarias que no sólo tiene un pretendiente, sino que la han ido a buscar específicamente a la aldea. Sé que ella tiene una mayor disposición a complacer a los mayores, y que su carácter es mucho más placentero que el mío. Sé todo lo que hace a Zaskhea la mejor”
“Ahí vas otra vez” el gemelo de la Ballos en discusión ya estaba tan fastidiado que, en un intento por terminar la conversación de una buena vez, habló sin pensar “Es precisamente por esta razón que nadie te quiere escuchar, Mina. Contigo siempre es queja, tras queja, tras queja; pero no alcanzas a ver tus propias fallas, lo que le provocan a los demás… Y todo el desagrado que les ocasionas. Nadie quiere hacer caso de tus palabras… ni siquiera quieren reconocer tu presencia por esta simple razón. Es más, muchas veces he visto a los demás alejarse del sitio al que tú estás arribando, sólo porque no quieren lidiar contigo, hermanita” el Ballos estresó esta última palabra “Mejor, deberías aprender a guardar silencio y usar tu boca únicamente en las instancias en las que importan, las cuales no son estas; y, si soy sincero, ninguna instancia requiere de tus conjeturas ignorantes”
“¡Efraz!” su hermano menor reclamó.
“Es la verdad” él Ballos se encogió de brazos.
“Estas empezando a sonar como él” Lyngba señaló a Rymalan con un pulgar.
El gemelo de Zaskhea rio entre dientes, torciendo la boca “Y ahora veo por qué siempre tiene ganas de abofetearla”
“Retráctate” Ynme le exigió con ardor, intentando abalanzarse sobre su hermano mayor, más Mina la tomó por el brazo antes de que pudiera y agitó suavemente su cabeza, pidiéndole con ese simple movimiento que no continuara “Mina, no voy a dejar que hable de ti, no después de…”
“No” ella interrumpió “No importa”
“¡Claro que importa! ¿Por qué siempre hablamos de los infortunios que Zaskhea ha vivido y no de los que ha provocado?”
“Ynme” Mina le suplicó, colocando sus manos sobre las mejillas sucias de su hermana “Amdug, Efraz ya nos dejó muy en claro cuál es mi lugar en la vida de los demás. Es inútil seguir intentando hablar de mí. Mejor, hagamos caso de su consejo, y dejemos que llegue el momento en que nuestras palabras tengan valor”
Efraz puso sus ojos en blanco y dijo en voz baja “Dramática”
Lyngba no se contuvo más y se abalanzó contra su hermano, asestándole unos puñetazos en la cara. Efraz no pudo defenderse, pues su hermano menor fue mucho más rápido que él. Cuando Lyngba tuvo la posibilidad, inmovilizó a Efraz y siguió golpeándolo en cualquier parte del cuerpo que se cruzara en el camino de sus puños “No” golpe “vuelvas” golpe “a hablar” golpe “de” golpe “mi hermana” golpe “en esa” golpe “manera”
La nariz del gemelo de Zaskhea, rota en el altercado, ya sangraba profusamente, provocando que se estuviera ahogando con toda esa sangre que no le dejaba respirar. Y, sí, fue hasta ese momento que Rymalan decidió intervenir. Algo tarde e irresponsable de él, a mi parecer; no obstante, lo hizo… antes de que Lyngba le hiciera más daño a Efraz.
Aunque el Mëentu, no pudo contener físicamente a su joven hijo, quien furioso no podía dejar de golpear a su hermano, sí pudo energéticamente, pues usó sus poderes de Zedlon para debilitarlo y permitir que Efraz escupiera toda esa sangre que se estaba acumulando en su boca.
Debilitado, Lyngba cayó al suelo, donde permaneció consciente, pero inmóvil.
En seguida, Ynme y Mina se acercaron a su hermano. La primera, asustada, le gritó a su padre “¿Qué le has hecho?”
“Nada hija, sólo le quité un poco de energía” su padre le dijo con naturalidad.
Ella lo vio aterrorizada e intentó, de manera algo torpe, interponerse entre el cuerpo de su hermano y su padre.
Más el Zedlon no se percató, pues inmediatamente se dispuso a transmutar esa energía iracunda que le había quitado a Lyngba para parar el sangrado y reparar la nariz de su hijo mayor. Los otros golpes, como los que el más joven le había propinado en su torso tendrían que sanar por sí solos. Y, aunque el Zedlon intentó evitar la inflamación en el ojo izquierdo de Efraz, no pudo hacer mucho al respecto. En principio porque la energía que le había quitado a Lyngba la había agotado en la reparación de la nariz del gemelo de Zaskhea, y en segunda, porque si el Mëentu utilizaba su propia energía quedaría debilitado por al menos un par de días sin tener los medios adecuados para recuperarse rápidamente —esto, cortesía de la gran estructura de Enthy—; y, si algún otro altercado ocurría entre sus hijos, él no podría hacer nada al respecto en ese momento.
“¿Por qué siempre tienen que discutir por lo mismo?” Rymalan dijo por debajo de un suspiro, tomando de nueva cuenta asiento en su ‘lugar’, junto a los barrotes de la celda.
Efraz le replicó débilmente “Porque quiere nuestra penitencia por algo que ella ha provocado”76Please respect copyright.PENANAYeSsAqOrWf
En el otro lado de la celda, Mina besó suavemente la frente de su hermano “Todo esto es mi culpa”
Con un gran esfuerzo, su hermano menor tomó una de sus manos y le dijo “No”76Please respect copyright.PENANANEi27u2Jf7
“Perdóname, mez” Mina sucumbió ante sus lágrimas “Él tiene razón, debo de aprender cuál es mi lugar”
“Mina, escúchame” Ynme le susurró, con los ojos llenos de lágrimas y tomándole la otra mano “Nada de esto es tu culpa. Tú no provocaste el incidente con Olda ni que nos trajeran aquí, tú no le hiciste esto a Lyngba ni lo obligaste a golpear a Efraz, tú no hiciste más que amarlos y permitirles… No importa lo que digan, tú tienes derecho a sentir todo lo que sientes y a no doblegarte ante sus caprichos. Incluso si eso incomoda a Zaskhea, o… a Murdice”
Ynme abrazó a su hermana fuertemente, quien al principio se resistió, pero unos instantes después tomó a su trilliza igual de fuerte; y fue hasta ese momento que por fin le dio rienda suelta a su corazón de sentir todo lo que le habían prohibido y exigido que borrara: el agobio por el presente estado de su hermano Lyngba y su gratitud por haberla defendido; su coraje en contra de Efraz y sus crueles palabras; su ira en contra de Rymalan; su dolor, por el estado en el que habían dejado a Olda; la indiferencia que sentía hacia su madre; la complacencia por tener en su hermana Ynme a alguien que la aceptaba tal cual era; su decepción y desesperación al dejarse engañar por aquel que era el objeto de sus afectos; y, finalmente, la traición asestada por su propia hermana, Zaskhea.
Los Mëentu pasaron las siguientes horas en silencio. Los trillizos estaban inquietos y aprehensivos sobre lo que su padre les podría hacer; y Rymalan y Efraz, por su parte, fastidiados por la actitud de los trillizos, incitada, como siempre, por Mina.
Cuando los guardias llegaron a proporcionarles su ración de comida del ciclo, todos se movieron silenciosos por la celda más no se quitaban los ojos de encima. Después del tan agitado día, las Ballos fueron las que sucumbieron primero ante su estupor, seguidas muy de cerca por los demás.
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