En la isla, las cosas siguieron su curso normal. O, al menos, lo más normal posible.82Please respect copyright.PENANAd7Wug0FwOq
Efraz, a pesar de haber visto lo que ocurría un poco más allá de la isla, guardó silencio y no les comentó a sus hermanos (salvo a Zaskhea), sobre la situación que acontecía ahí. Esto, a petición de su padre.
Bueno, te he dicho que Rymalan tenía la mente un poco más abierta que su hermano Follen, pero no era tan abierta como para permitir que sus hijos más pequeños se enteraran de algo que no debían y, que muy probablemente no les afectaría. ¡Claro que no!, pues el Zedlon tenía la firme creencia y confianza de que sus abuelos y bisabuelos se encargarían de todo lo perteneciente al continente. Él sólo debía hacerse cargo de su isla, ya que, al fin y al cabo, a eso se habían comprometido él y Fiomel cuando habían decidido establecerse ahí.
En mi opinión Rymalan era un iluso. ¿Por qué, te preguntaras? Simple. Él, al igual que Fiomel, creía que los humanos y los Mëentu tenían una naturaleza bondadosa, como los habían creado inicialmente Forell y Clarell. El Zedlon no podía imaginar un mundo en donde los semejantes se hicieran daño a propósito. No pasaba entre los animales o plantas, por lo tanto, no debería pasar entre los humanos o los Mëentu. Para él simplemente las cosas no podían ser así. 82Please respect copyright.PENANAPL87QnX8oN
Pero su creencia fue destrozada a los pocos meses de la partida de Eazon, cuando, después de haber realizado la peligrosa travesía desde el continente, otro valiente hombre llegó a la isla.
No te aburriré con los detalles de la visita de Cona (ese era el nombre de este otro continental), pues en realidad no son importantes para la historia central, aunque sí tengo que hacer nota sobre aquellos que llegaron a la isla al mismo tiempo que él.82Please respect copyright.PENANAfUo9B2BXJb
82Please respect copyright.PENANAjLy3rLRsFI
□▪▪▪□▪▪▪□▪▪▪□▪▪▪□82Please respect copyright.PENANADSAgaSe3Xz
82Please respect copyright.PENANAfPQbchKZpX