¿En dónde estaba?... ¡Ah!, es cierto. Eazon no quiso sumergir la piedra que Mhylan le había obsequiado en su jarra. Algo muy tonto de su parte.
Verás, cuando Rymalan y Efraz dejaron al continental en el borde del poco mar que aun rodeaba a la isla, al comienzo del ciclo lunar ⸺confirmando el Zedlon, de esa manera, la historia que Eazon le había contado⸺, el humano comenzó a caminar de inmediato para aventajarse al sol un poco, mientras contara con las fuerzas necesarias para realizar el largo trayecto de regreso.61Please respect copyright.PENANAkrtptdOxsV
En la isla, Eazon no tuvo que administrar sus raciones de agua, aunque sabía cómo hacerlo en el continente (en donde siempre había un día nuevo y alguien que te proporcionara tu parte el día siguiente); sin embargo, en el desierto que una vez fue mar, bajo el inclemente trato de Forell y después de su experiencia en la isla, el rescatado no tuvo el mismo control que en el continente y comenzó a tomar un poco más de agua cada vez.
Poco después de iniciar su viaje de regreso, mientras se escondía de los severos rayos de sol detrás de una gran piedra, Eazon comenzó a experimentar visiones del hombre que había puesto en marcha todo el plan para llegar a Teârqao.
“Eazon, Eazon” el hombre (del cual nunca supe su nombre) apareció a unos metros del sitio en que el continental estaba tomando la sombra “Que bueno que te encontré” él gritó mientras se abalanzaba sobre el cuerpo cansado y sediento de Eazon, y lo abrazó fuertemente “No he visto a nadie más en el camino hasta aquí. Todos me han desertado, pensé que tú también lo habías hecho, pero aquí estas. Dame un poco de agua, hermano, por favor” el hombre comenzó a tirar de la jarra que Eazon tenía en su mano.
El continental sacudió su cabeza incrédulo y lentamente dijo sobre el hombro del hombre “Tú… estás… muerto”
Su excompañero de viaje lo soltó, su entrecejo fruncido, sus ojos entrecerrados y exclamó entre dientes “¡Cómo dices eso! ¿Qué, no me ves aquí?”
Eazon tomó firmemente la jarra y la abrazó “Yo te vi morir. Fue unas semanas después de haber iniciado el viaje. Tú… moriste”
Un brillo apareció en los ojos del hombre, sus cejas se elevaron y sus labios formaron una sonrisa perversa.
El pobre y asustado continental se encogió y le quitó la mirada de los ojos. El señor Rymalan me dijo que debía tomar suficiente agua o iba a empezar a tener visiones otra vez. Pero no tengo suficiente agua para terminar el trayecto, pensó.
Te diré que los rayos del sol en el desierto y lo que provocan pueden ser muy desagradables, pues no puedes sentarte en el suelo arenoso (que ya de por si está caliente) a simplemente observar las nubes o incluso a soñar despierto acerca de tu vida. Noooo, te tiene que dar una insolación o una alucinación porque estas deshidratado o algo. ¿Qué, en serio no podemos únicamente disfrutar de las bellezas que nos da el desierto, sin morirnos de calor en el día o de frío en la noche? ¡Pff!
Bueno. Eazon, en ese momento desesperado, recordó a Mhylan, a quien le había tomado un cariño especial; además de sentirse atraído hacía ella y sus bellos ojos azules. También recordó la roca que le había regalado. Y la verdad no sé si fue su miedo por lo que le podría hacer el hombre con el que estaba alucinando, o por fe en las palabras de Mhylan, que Eazon finalmente sumergió la roca en la poca agua que le quedaba.
Su asombro fue extremo. El continental gritó de júbilo al ver algo que ni en toda su vida hubiera esperado.
No solamente vio cómo su jarra comenzó a llenarse del vital líquido, sino que además la vio derramarse por los costados, e hizo lo inimaginable, pues le aventó el contenido (casi completo) a la alucinación del hombre que tenía en frente, haciendo que desapareciera. Eazon al ver esto, se tiró sobre la arena, soltando la jarra, y rio y rio y rio un poco más, hasta que su estómago comenzó a dolerle.
Una vez pasada la euforia por lo que había presenciado, Eazon comenzó a arrepentirse al pensar que esa sería la única agua que obtendría de la roca. Pero se equivocaba.
Cuando se serenó, gateó hasta la jarra ladeada y se asombró de nueva cuenta al ver como el agua seguía saliendo de ella. No tengo que decirte que el continental bebió agua de más, hasta incluso sentir nauseas, además de haber tomado un muy necesitado baño. Tampoco voy a ahondar en los detalles de su viaje de regreso hacia Noli.
Basta decir que Eazon llegó a su antiguo pueblo más de un año después de haber emprendido su viaje; y que él iba ayudando a la gente que se encontraba en el camino, dándoles agua y dirigiéndolos hacia Teârqao, para que recibieran la misma ayuda que él había recibido. Justo como se lo había pedido Rymalan.
Sí. La roca no le falló a Eazon, incluso cuando la relocalizó tiempo después.61Please respect copyright.PENANAwtBvWrFPOb
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